50 años de formación, espiritualidad y caridad a través de las personas
En un pequeño barrio dentro de la localidad de Pinto es donde nace esta hermandad. Nunca mejor dicho, puesto que fue, al principio, un reducido número de vecinos y vecinas los que se comenzaron a congregar aunando las tradiciones y las pasiones comunes. Esta familiaridad y deseo de estar todos unidos, comenzó a extenderse en los años 60, y el barrio empezó a organizarse con las personas creyentes que querían compartir su fe y religiosidad, al mismo tiempo que se unían y participaban en los actos del municipio. En la Hermandad no solo se trata de compartir y vivir unidos estas creencias, sino que va un paso más allá y pone su objetivo y sus valores, en las propias personas. Todos podemos crecer aprendiendo los unos de los otros y poniendo de nuestra parte para llegar a un punto clave y poder externalizar todo esto.
De esta manera, en el año 1969, es cuando varios de los vecinos de toda la vida deciden unirse.Todos querían tener un lugar donde poder compartir, como hemos dicho antes, sus aficiones y ocio, pero sobre todo compartir su presencia. Será el 15 de abril de 1969 la fecha fundacional de la hermandad y primera salida en Semana Santa (con la imagen de Jesús Nazareno cedida por las hermanas capuchinas de Pinto).
El ambiente que se respira a día de hoy dentro de la hermandad, comenzó desde los inicios. Todo vecino, fuese creyente o no, aportaba su propio granito de arena para sacar adelante los proyectos que tenían en mente. El principal objetivo de esta asociación es el trabajar unidos, sentirse como hermanos, y así lo han demostrado todas las personas que han pasado por aquí y, a día de hoy, continúan en este espíritu que caracteriza a la hermandad. Mientras los albañiles ponían sus conocimientos y profesionalidad para construir los cimientos de este proyecto que se concretó en la construcción de la Ermita del Barrio del Prado, los que sabían de cuentas, se encargaban de lo económico, los niños aportaban su ilusión y ganas de ver avanzar este proyecto que involucró a todo el barrio, y así un largo etcétera.

1º foto.: Primera salida procesional con la imagen cedida por las Hnas. Capuchinas. 2 foto.: bendición de escapularios. 3ª Foto: Procesión en 1972. 4ª Foto: Construcción de la ermita del Barrio del Prado en el año 1970.
El trabajo diario durante todo un año y el esfuerzo invertido, se ven recompensados cuando la hermandad ve procesionar las sagradas imágenes que veneran de Nuestro Padre Jesús Nazareno, San José, el Divino Cautivo, Jesús en la Oración del Huerto y más recientemente, Jesús en la borriquilla, que es portada por los más pequeños de la hermandad, cuidando y expresando públicamente la fe por las calles de Pinto.
Dos años después de comenzar la iniciativa se terminó la construcción del templo, sede de la hermandad. Antes de que se pudiese comenzar a construir, la devoción de todos los que formaban parte del grupo era tan grande que se recorrían el pueblo de punta a punta y, sin ningún medio de transporte, sacaban a las imágenes para poder expresar públicamente su fe cristiana.
La Semana Santa es un período que se espera con muchas ganas por parte de todas las hermandades de la localidad. Normalmente, en Viernes Santo se juntan todas para sacar las imágenes que cada hermandad venera y después de procesionar por las calles llevarlas a los templos donde se custodian.
En los primeros años, hasta los años 80, se salía en andas de cuatro. Después, cuando los más pequeños comenzaron a hacerse mayores, se releva por los jóvenes y se pasan las imágenes a ruedas. En el paso de ruedas, es un niño el que va dentro del mismo, indicando la dirección que deben seguir para llevar la imagen por el camino adecuado.
En 2007, Francisco Marabel López, tras los trabajos asamblearios y la votación pertinente, asume la presidencia de la hermandad. No es algo que le resulte novedoso, puesto que desde bien pequeño estaba acostumbrado a salir en las procesiones y es algo “que lleva en la sangre”. Para Francisco, resulta muy emotivo el ver cómo personas que comenzaron a formar parte de la hermandad desde bien pequeños, siguen estando con 30 años más y continúan con las tradiciones familiares y expresando su fe en Jesús por medio de la Hermandad. En el momento en el que se pone al frente, existen 96 socios hermanos y hermanas; en la actualidad hay alrededor de 220, lo que indica que está viva y preocupada por mantener no solo la tradición, sino también dar cauce a la participación en uno de los espacios que la Parroquia de San Francisco Javier ofrece.

Izq.: La hermandad en la calle en 2018. Centro: Banda de tambores de la hermandad. Dcha.: Una de las imágenes titulares con el estandarte de la hermandad.
La parroquia de San Francisco Javier nace en el año 2007 y en ella se realizan muchas actividades, pero sobre todo la catequesis de los niños y niñas del barrio tienen un papel fundamental como camino para el sacramento en la iniciación cristiana. Al principio, la parroquia tuvo la sede en la Ermita del Barrio del Prado hasta que se pudo construir el templo nuevo que la alberga.
En el período de Semana Santa es donde la fe se convierte en arte, en sonido de trompetas y tambores, en olor a incienso y en oración callejera; en este período, es donde se puede ver todo el trabajo realizado durante el año y los sentimientos están a flor de piel. Pero la Hermandad no destaca solo por sus pasos e imágenes en esta época del año, sino que ofrece formación, espacios para la reflexión y el debate, acciones concretas y solidarias que pretenden aliviar el sufrimiento de los más débiles, fomenta la participación de todas las personas sin ningún tipo de discriminación “porque el que convoca es Jesús”. A día de hoy, si echa la vista hacia atrás y se ve todo lo que se ha ido consiguiendo a lo largo de los años, se diría que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y San José Obrero de Pinto tiene vocación de dejar huella creyente en nuestro municipio.
Texto: Raquel Martín; Fotos: Hermandad de Jesús Nazareno de Pinto